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Daniel Cámara: “Tenemos un reto muy importante que es garantizar en el próximo convenio del metal la cláusula de revisión salarial, y conseguir que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo”

  • Hoy entrevistamos a Daniel Cámara, secretario general de CCOO de Industria Baleares

Hoy entrevistamos a Daniel Cámara, secretario general de CCOO de Industria Baleares. Daniel nos cuenta que desde que comenzó a trabajar se afilió al sindicato. De una tradición familiar de gran compromiso social y sindical, ha crecido con el sindicato, prácticamente. Al poco tiempo de comenzar a trabajar fue representante legal de los trabajadores en una empresa eléctrica. Más adelante tras varias responsabilidades en la Federación de Industria de Baleares, en 2009 fue elegido secretario general

05/09/2022.
Daniel Cámara, Secretario General de CCOO Industria Baleares

Daniel Cámara, Secretario General de CCOO Industria Baleares

CCOO ha conseguido abrir un espacio de diálogo en el Pacto de Estado por la Industria. El objetivo es que nadie se quede por el camino. ¿Por qué era tan importante para las y los trabajadores de Baleares dar este paso?

Yo espero que el Pacto de Estado por la industria además de que consiga una transicion justa, reforzar y aumentar nuestro tejido industrial, necesidad que ha puesto de manifiesto la crisis sanitaria y la de suministros, como la de alcanzar la soberanía industrial en nuestro país, ya que es la industria genera riqueza y bienestar social. Esperamos que los acuerdos que se puedan alcanzar lleguen en cascada y ayuden a la reindustrialización de nuestra región. Nosotros vivimos de un sector económico como es el turismo, que tiene un nivel de estacionalidad muy importante, que genera empleo muy precario y muy mal pagado. Este modelo precario e inestable y que genera desigualdades en Baleares, tiene que equilibrarse con un tejido industrial que permita crear empleo de mejor calidad. 

Hay mucha gente que piensa que Baleares no tiene tradición industrial y no es cierto. Tuvimos una fuerte implantación del sector del calzado, de la joyería, del mueble, etc. Y estamos convencidos de que hay capacidad para reindustrializar nuestra comunidad. Hace 5 años se aprobó un Plan Industrial que pensábamos que podría ser una buena herramienta, y lo es en algunos aspectos, pero al final se convierte en una repartidora de ayudas. Nuestra comunidad necesita un plan estratégico de reindustrialización. El poder político y económico habla de cambio de modelo productivo, pero parece que nadie sabe bien cómo hacerlo o no están dispuestos a poner los recursos necesarios para poner las bases de esa reindustrialización y es aquí donde CCOO tiene propuestas y cosas que decir. Se ha abierto ahora mismo en el marco de las mesas generales de diálogo social con el Gobierno Balear un espacio para hablar de la Industria, esperemos que tenga un efecto positivo en las políticas industriales, nos preocupa que con la cercanía de elecciones, todo se queden en cuatro titulares y no consigamos esas bases necesaria para un proyecto ambicioso y a largo plazo de reindustrialización. Vamos a trabajar propositivamente para que eso sea así, y veremos a ver si junto con el Pacto de Estado conseguimos sentar esas bases. 

¿Cuál es la posición de CCOO de Industria de Baleares sobre el cambio de modelo productivo? ¿Cuáles son los retos?

Aquí la industria que puede funcionar es una industria de kilómetro cero. Hay sectores importantes que hay que reforzar, la industria tradicional, lo que queda del calzado y la bisutería, también es muy importante la industria agroalimentaria vinculada a proyectos que fortalezcan el sector primario Balear. Hay muchos retos de futuro como es la digitalización, adaptar la industria existente a los cambios que se están produciendo para que esa transformación se realice con todas las garantías. Hay nuevos nichos industriales en torno al sector náutico, a las TICs, energia y la economía verde. Proyectos vinculados al turismo que creo que son oportunidades de cara al futuro.  Al final consiste en dar valor añadido al producto que se realiza en Baleares, así como la internacionalización y modernización de las plantas para que sean competitivas. Esto, evidentemente, tiene que venir acompañado de políticas públicas que se tienen que traducir en la creación de empleo. 

¿Qué valoración hacéis de la política industrial que practica el Gobierno balear?

Nosotros tenemos “la suerte” de tener una izquierda política que poco a poco va entendiendo el papel de las organizaciones sindicales. Eso se les presupone, pero no siempre es así. Es muy desigual en el gobierno la sensibilidad de que el sindicato tiene que participar en las materias que atañen a los trabajadores. Es la primera vez en Baleares que se repite un Gobierno progresista y parece que hay espacios donde discutir las propuestas, aunque hemos tenido que pelear nuestros espacios de diálogo social en muchas ocasiones, pero hay un nivel de sintonía importante, lo cual facilita que hayamos avanzado en muchas cosas, no solo en materia industrial, sino también en otros aspectos que afectan a los trabajadores. 

En materia industrial conseguimos la legislatura pasada un Plan estratégico para la industria, que no ha terminado de funcionar para lo que el sindicato pretendía, que era algo más que el simple reparto de ayudas vinculado al crecimiento del empleo para las industrias existentes, sino que necesitamos un plan de reindustrialización. Algo fundamental para nuestra comunidad. 

¿Cuál es el estado de salud del diálogo social balear en materia de política industrial? ¿Las y los trabajadores cuentan con la red necesaria para garantizar que la transición sea justa?

Creo que aún está por construir esta red. Creo que cada vez el discurso político y sindical que venimos realizando en las organizaciones durante estos años avisando de las necesidades de situarse en realizar planes de transición justa, va calando más tanto en lo político, como en lo social, y eso nos está permitiendo abrir el debate, pero al menos en el caso de Baleares, hace falta una discusión sobre cómo llevarlo a cabo. Creo que estamos avanzando bastante, pero todavía faltan políticas activas que definan cómo se va a hacer la transición justa. 

Negociar expedientes de regulación de empleo no es tarea fácil en un momento de incertidumbre como el actual. ¿Cuáles son tus líneas rojas cuando comienza el tira y afloja con la empresa o patronal?

Nosotros más que Expedientes de Regulación de Empleo, lo que tenemos ahora mismo es un reto fundamental para este curso, que es la negociación colectiva. El año que viene abrimos el convenio del convenio del metal, firmamos para el 2022 un acuerdo que queríamos centrar en lo económico y en un convenio muy corto de un año y firmamos un 6% de subida salarial. Eso ha permitido a principios de año mitigar de alguna manera el golpe que supone para el poder adquisitivo de los trabajadores el nivel actual de inflación, pero no conseguimos una cláusula de revisión salarial. Ahora tenemos un reto muy importante que es garantizar en el próximo convenio la cláusula de revisión salarial, y mejorar otros aspectos que tienen que ver con la estabilidad del empleo, pero sobre todo conseguir que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo, y eso sí es una línea roja.

En un modelo industrial como el nuestro que todo es pequeña y micro empresa, y donde los delegados se hacen de uno en uno prácticamente, supone un sobreesfuerzo organizar a todas las personas trabajadoras para ejercer la presión necesaria para un buen convenio. Pretendemos y queremos un convenio participado, es mejor llegar hasta donde podamos con la participación de la gente, es fundamental para mejorar las condiciones, un convenio en donde nadie se haya enterado de lo que ha pasado no es posible ni nuestra forma de entender el sindicalismo. Estamos trabajando para conseguirlo, porque estamos convencidos que si no hay tensión y conflictividad, no vamos a conseguir los objetivos. 

Otro reto es el convenio del campo que está caducado desde 2007. Llevamos tiempo con las organizaciones empresariales intentando sentarnos en la mesa, y vamos a tener a partir de septiembre y octubre que forzar la máquina y generar tensión social y política, aunque exista poca representación de todos los sindicatos para negociar el convenio. Creemos que es fundamental, porque al no haber convenio desde 2007, supone la ley del más fuerte, la individualización y eso se transforma en unas condiciones de trabajo pésimas en Baleares.